La propuesta comenzó a discutirse ayer en una reunión entre la empresa y el sindicato y supone la reducción de las remuneraciones de los mandos medios, un "proceso de certificación de competencias" y un mayor involucramiento obrero en la gestión.
En Fanapel trabajan en forma directa 280 empleados en tanto otros 100 lo hacen de manera indirecta, a través de tercerizaciones. El 70% de su producción corresponde a papel estucado que, en gran medida, es exportado, mayoritariamente a Argentina.
La plantilla se ha mantenido estable en los últimos años luego de un conflicto importante en la década de los años 90 que terminó con algo más de 100 despidos.
El dirigente del Centro Unión Obreros Papeleros y Celulosa (Cuopyc), Marcelo Olaverry, dijo a El País que el gremio está analizando "un cambio profundo" que propone la empresa con la idea de que la negociación bipartita permita llegar a acuerdos como ha ocurrido en los últimos años. "No somos un sindicato radical ni un sindicato amarillo y tenemos muy buen diálogo con la empresa", sostuvo. Más allá de eventuales problemas de competitividad, Olaverry dijo que "hasta hoy Fanapel vende lo que hace".
A partir de una reestructura que encaró en 1995, Fanapel se concentró en la fabricación de papeles de calidad para impresión, envoltura y escritura, algunos de ellos para revistas. En 2007 el 97,6% de sus acciones fueron compradas por Tapibecuá, un grupo con operaciones en Argentina y Uruguay. El País
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