La asamblea del sindicato de Fanapel (Cuopyc) decidió ayer rechazar la solicitud de la empresa, que junto con la textil Agolan (de propiedad estatal), fueron históricamente las principales fuentes de trabajo de Juan Lacaze, ciudad coloniense de 14.000 habitantes y larga tradición industrial y sindical.
Marcelo Olaverry, secretario general del sindicato, dijo a El País que la plantilla de la empresa ya se redujo porque se fueron 60 empleados directos y unos 100 indirectos en 2013 y ahora la empresa propone reducir los turnos de trabajo. "No somos radicales, somos un sindicato históricamente negociador, pero estamos llegando al punto de no ceder más. Creemos que la empresa aprovecha una situación coyuntural muy especial", sostuvo el sindicalista de Fanapel.
Fuentes de la empresa explicaron a El País que "la situación de Fanapel deriva de las dificultades propias del comercio con Argentina, y de los constantes incrementos de costos nacionales, en un mercado internacional sobreofertado". "La empresa, como otras, se ha visto afectada por estas situaciones que se han sostenido en el tiempo y ello es lo que la obliga a buscar alternativas que le brinden un nuevo equilibrio", agregaron. Por estos motivos, la empresa pidió revisar el convenio firmado en mayo pasado, que debería tener una vigencia de tres años. El acuerdo suponía un aumento general y nominal para 2014 de entre 10 y 12%, según las categorías.
La empresa aduce que no está pudiendo vender en Argentina, su principal mercado, el papel estucado que produce por las trabas impuestas por ese país. Ha perdido, además, el mercado chileno por los elevados costos de los fletes y porque su competencia puede ofrecer productos más baratos. El papel estucado representa el 70% de su producción. El año pasado debió dejar de producir algunos papeles de embalaje. De todas formas, la empresa sigue realizando exportaciones a Brasil, Paraguay y la zona franca de Nueva Helvecia. De hecho, el sindicato accedió a hacer turnos extras para que se pudiera satisfacer pedidos de un papel especial de un cliente de Brasil. Leer más en El País
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